T. Keller, uno de los escritores que más disfruto, dice que cualquiera que sea la razón por la cual Dios no pone fin al sufrimiento del hombre, no es por indiferencia. Citando a D. Sayers:
"Cualquiera que sea la razón por la cual Dios creo al hombre de la forma que es, sujeto a sufrimiento, grandes penas y muerte, Él mismo decidió tomar de su propia medicina. Cualquiera que sea su juego con nosotros, Él ha cumplido sus propias reglas y ha jugado limpio. Él decidió pasar através de la experiencia completa del hombre, desde los más simples inconvenientes de la vida familiar, dolores devido al arduo trabajo y falta de dinero, hasta los horrores del dolor, la humillación y muerte. Cuando Dios fue hombre, Él fue hombre. Nació en pobreza y murió en desgracia"
La Navidad nos da una fuente de conforto y consolación para enfrentar el sufrimiento,
en ella vemos a Dios entrando en este mundo de sufrimiento junto con nosotros, y para nosotros.